Reflexión 

Desafío con Satura México

Por Martha Nadxieli

En el esplendor de los cielos, se despliega la majestuosidad de la creación divina. El Salmo 19 nos sumerge en la contemplación de la gloria de Dios manifestada en el vasto firmamento y en cada detalle de Su obra maestra. Así como los cielos cuentan Su grandeza, nuestras vidas deben proclamar la obra de Sus manos.

La necesidad de validación externa se desvanece cuando reconocemos que somos Su creación . La misma mano que esculpió montañas y pintó atardeceres nos formó con un propósito único y precioso. En este conocimiento, encontramos alivio y consuelo, liberándonos de la búsqueda ansiosa de aprobación terrenal.

Nuestra identidad está arraigada en el amor incondicional del Creador, y en ese amor encontramos seguridad y significado.

Que este salmo sea un recordatorio constante de nuestra singularidad en Cristo. Así como los cielos proclaman la gloria de Dios, que nuestras vidas reflejen Su luz y amor. En la certeza de nuestra identidad divinamente otorgada, vivamos para la gloria de Aquel cuyas manos formaron tanto los cielos como nuestras almas